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Opinión

CD. JUAREZ YA O SERÁ INGOBERNABLE POR LUIS OCHOA MINJARES

CD. JUAREZ YA NO SERÁ INGOBERNABLE

 

Luis Ochoa Minjares

 

   La aclaración pronta, eficaz y creíble de los tres últimos, monstruosos e inenarrables crímenes cometidos en Ciudad Juárez, es no solamente un primer severo golpe a la impunidad, sino la evidencia plena de que el infamante mito adjudicado a Juárez de ciudad ingobernable, podría caer hecho añicos si esta nueva política anticrimen sigue firme, permanente y sin tropiezos.

 

   Sería mezquindad extrema no mencionar siquiera los apellidos del nuevo tipo de funcionarios y servidores públicos que requieren los municipios, los estados y el país entero: González Moken, González Nicolás, Serrano Escobar y Duarte Jáquez. Han sabido manejar con sabiduría, integridad y destreza el instrumento más eficaz y poderoso en contra de la impunidad del crimen organizado: la denuncia popular.

 

    La delincuencia desbocada y la incapacidad para garantizar seguridad pública vinieron a complicar los problemas de la macrocefálica Ciudad Juárez, y a pensar acerca de la necesidad de dividirla en Delegaciones, tal y como funciona el gobierno de la Ciudad de México, a fin de facilitar su gobernabilidad y, sobre todo, garantizar la prestación de los llamados servicios municipales primarios con mayor eficacia y facilitar el control de la delincuencia.

 

PROYECTO  A

LARGO PLAZO

 

   Tenga o no fundamento la vieja sugerencia, no deja de ser signo y expresión de la preocupación cada vez más generalizada de los juarenses por la incapacidad manifiesta que durante los últimos trienios han dado las administraciones municipales en el desempeño de sus funciones, y al acumularse los problemas proyectamos nacionalmente la imagen de una ciudad ingobernable.

 

 La explosión demográfica y la imparable afluencia de mexicanos y mexicanas de todas partes del país en busca de mejores niveles de vida, genera tal cantidad de problemas que convierten al Presidente Municipal en turno en un simple jefe de barandilla donde consume todas sus energías y su tiempo en atender minucias, mientras los grandes problemas y proyectos quedaban descuidados o aplazados.

 

   Dividir la Ciudad en cinco o seis delegaciones equivaldría a dividir la responsabilidad y el trabajo en seis delegados elegidos por su capacidad, responsabilidad y cariño a su terruño, mientras el alcalde en turno tendría todo el tiempo del mundo para coordinar las delegaciones, estudiar los problemas y planear las grandes obras a corto, mediano y largo plazo. Pero sobre todo, tendría mayor libertad y tiempo para relacionarse, gestionar y tramitar la ayuda y colaboración necesaria de los otros niveles de gobierno y de sus funcionarios.

 

PELIAGUDA TAREA

PARA LOS EDILES

 

   Las ciudades fronterizas limítrofes con el país más desarrollado y poderoso de nuestros tiempos, jamás dejarán de ser asediadas por la migración no solamente del interior del país, sino de los demás países hermanos de Centroamérica. Llegará el momento en que los ayuntamientos dejarán de ser eficientes para enfrentar los problemas que de ello se derivan. Ningún presidente municipal tendrá la capacidad, el tiempo y los recursos para desempeñar su función normalmente.

 

   Las ciudades fronterizas necesariamente serán cosmopolitas y refugio de oleadas de pobladores del centro del país insatisfechos de la falta de  oportunidades en sus lugares de origen. Ningún plan de desarrollo municipal que no tome en cuenta este hecho y prevea e instaure los mecanismos para amortiguar sus efectos tendrá éxito completo en su gestión administrativa. Y hasta ahora, no hay a la vista ningún programa de gobierno federal que mire hacia la creación de empleos y oportunidades en todos y cada uno de los municipios del interior del país, sin contar con los de nuestros hermanos de centro y América del sur.

 

   Por ahora es obvio que lo inmediato es devolver a los mexicanos fronterizos la seguridad pública en primer lugar y las fuentes de trabajo y ocupación necesarias para no alimentar la delincuencia ni obligar a los desempleados a buscar el sustento por caminos indebidos. Y enfrentar estos retos, no es cosa fácil para un presidente municipal convertido en jefe de barandilla por el exceso de población que no tiene más que un solo sitio a donde acudir a demandar solución a sus problemas.

 

LLEGAN MÁS

“JUAROCHOS”

 

   Instaurar cinco o seis delegaciones sería algo así como dividir el monstruoso e ingobernable masacote actual en que está convertido Ciudad Juárez en seis pequeñas ciudades manejables, controlables y con oportunidad para que cada uno de sus delegados  haga del desempeño de su cargo una verdadera carrera en el servicio público y en la política, y el alcalde en turno tenga oportunidad de atender los grandes problemas y proveer de mayor jerarquía el cargo y darle más proyección a su carrera de eficiente gobernante de su comunidad.

 

   Es posible que haya otras soluciones para gobernar y conducir los grandes hacinamientos de habitantes en comunidades cosmopolitas, cuyo estandar de vida y oportunidades constituyen un imán irresistible para las familias en busca de mejores horizontes. Pero esas soluciones novedosas y modernas que resulten más prácticas y factibles de aplicar, solamente surgen cuando el tema despierte el interés de los ciudadanos capacitados y entren al diálogo y expresen sus puntos de vista.

 

   Tampoco se trata de soluciones mágicas e inmediatas. Es posible que Juárez siga gobernándose a la antiguita todavía durante muchos trienios municipales. Pero podemos ganar tiempo si los sociólogos, constitucionalistas, gobernantes y políticos estudian esta solución o buscan otras. No olvidemos que están llegando “juarochos” noche y día. ¿Cuáles son los impedimentos y los obstáculos para instituir el sistema de delegaciones en un municipio macrocefálico cuyos problemas se han acumulado y seguirán acumulándose durante trienios y más trienios?

 

PROYECTO

ATORADO

 

    A otra cosa mariposa: Poco sabemos los lectores y ciudadanos comunes y corrientes qué ha sido del ambicioso y anhelados proyecto de dotar a Creel de un moderno aeropuerto que dispararía la industria del turismo en proporciones difíciles de calcular. Se dijo que un viejo y añejo conflicto de tierras entre tarahumaras y terratenientes detuvo el anhelado proyecto a medio camino.

 

   El tema viene a cuento porque el diligente y dinámico secretario de la SEDUE (Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano) Jorge Carlos Ramírez Marín, acaba de dar solución a un viejo, añejo y petrificado conflicto territorial entre ejidatarios y pequeños propietarios, durante uno de sus   fecundos “jueves agrarios” que realiza a lo largo y lo ancho del territorio mexicano.

 

   Y tiene toda la razón del mundo, pues “en la medida en que se resuelvan los conflictos en el campo habrá más productividad y con ello una mejor calidad de vida para la gente.

   El secretario Ramírez Marín subrayó que la SEDATU trabaja para que el campo viva en paz y armonía y llamó a los campesinos beneficiados con la tierra, a hacerla rentable y productiva para que sus hijos puedan vivir de ella.

   Échenos una manita en Creel don Jorge Carlos.

   (lom927@hotmail.com)

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Opinión

La valentía de ser uno mismo. Por Itali Heide.

La mayoría de los días, odio mi cuerpo. Algunos días aparece como un disgusto pasivo, mientras empujo las inseguridades que viven dentro de mí a un segundo plano. Otros días, consume mi mente. El aspecto de cada uno de mis rincones me atormenta los días en los que no soy capaz de mirar más allá del físico de mi existencia.

Es especialmente difícil cuando me considero feminista y positiva con respecto al cuerpo. ¿Cómo puedo apoyar y amar el cuerpo de los demás y, sin embargo, encontrar espacio para odiar el mío? Parece casi hipócrita, pero no puedo encontrar la manera de evitarlo.

Me levanto por la mañana y decido que hoy me voy a querer a mí misma. Me ducho, me maquillo, me pongo un atuendo con el que me sienta feliz y luego pierdo toda la confianza en mí misma cuando me veo en el espejo. Tal vez tenga algo que ver con el hecho de que he ganado más de un kilo desde la cuarentena. Pero lo más probable es que tenga que ver con el hecho de que seguimos siendo bombardeados con estándares imposibles a los que nos hacemos responsables, incluso cuando no exigimos a los demás el mismo estándar.

No todos los días son así. A veces, mi maquillaje se ve justo como quiero. Mi outfit parece haber sido elegido por un estilista. La confianza en mí misma se dispara en esos días, aunque son poco frecuentes. En esos días, aprovecho al máximo lo que soy. Quién sabe, quizá en los días malos recuerde quién era cuando me sentía yo misma.

Al fin y al cabo, cuando más nos sentimos como nosotros mismos estamos contentos con nuestro aspecto, ¿no? Ni siquiera tiene una correlación con el físico, pero impacta directamente en la forma en que nos sostenemos y nos sentimos cuando entramos por la entrada de algún lugar. Parece que pensamos que todo el mundo es perfecto. Nos fijamos en lo que no tenemos en los demás, e ignoramos lo que sí tenemos cuando los demás no lo tienen. Parece ser la naturaleza humana, pero me gusta creer que nos hemos enseñado a pensar que la perfección es la única forma de ser.

Los estándares de belleza han existido desde que la humanidad ha dado valor a la apariencia de las personas (especialmente a la mujer). El poder que tiene sobre nosotros es asombroso, sobre todo si tenemos en cuenta que hemos borrado el cuerpo humano natural de la existencia y lo hemos sustituido por un cuerpo de modelo que se supone que representa la mejor versión de nosotros mismos. La verdad es que la mejor versión de nosotros mismos no necesita dietas, ejercicio excesivo, photoshop, filtros y poses incómodas.

¿Qué necesita realmente la versión auténtica de nosotros mismos? Necesita correr, explorar, tocar, sentir, llorar, reír, aprender y ser libre. Nuestro cuerpo está hecho para mucho más que para convertirse en una estatua de los estándares de belleza, y a menudo nos olvidamos de ello. Nos negamos a salir de nuestra habitación sin maquillaje, sin un atuendo que nos haga sentir seguros, sin algo que cubra la autenticidad que nos hace ser quienes somos.

Quien eres, es quien estás destinado a ser. Si quieres ponerte delineador de ojos, adelante. Si quieres llevar capa y vestido, hazlo. ¿Quieres ir al gimnasio y ponerte musculoso? Nadie te lo impide. La vida es un juego y tú eres el avatar que tienes la suerte de personalizar. Sin embargo, no olvides que eres igual de valioso sin todas esas cosas. El mundo está hecho para ser disfrutado, y nada superficial te dará las herramientas necesarias para sentirte realmente feliz en el mundo. Sé tú mismo, pero no olvides que eres más que lo que aparentas ser.

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El precio caro de la moda barata, Por Itali Heide

La vida moderna en la era del hipercapitalismo está llena de daños medioambientales inevitables – desde viajar en avión, los plásticos de un solo uso, hasta los pedidos de comida a domicilio – la contaminación parece ser algo natural para nosotros en esta época. Cuando se trata de la ropa que usamos, a menudo los impactos son menos que obvios.

La industria de la moda produce el 10% de todas las emisiones de carbono de la humanidad, lo que le ha valido ser de los mayores consumidores de agua y contaminar los océanos de la Tierra con peligrosos microplásticos, que acaban en nuestras playas y llegan al interior de los cuerpos de las criaturas que llaman al mar su hogar. La industria que nos ha mantenido al tanto de los trends en el mundo de la moda es el segundo mayor contaminante del mundo, solamente detrás de la industria petrolera. Entre más crece la industria, el daño medioambiental empeora de forma exponencial, también.

A medida que los consumidores alrededor del mundo compran más ropa, especialmente de empresas de fast fashion barata cuya popularidad no deja de aumentar, como Shein, Fashion Nova y Zara, por nombrar sólo algunas, el peaje para el medio ambiente se hace notar. La gente no sólo compra más del doble de ropa que a principios del milenio, sino que además conserva la ropa la mitad de tiempo.

Las tendencias cambiantes y la necesidad constante de validación alimentan la necesidad de comprar más y más, lo que conduce a una relación tóxica entre el consumidor y la empresa. Cuanto más compramos, más sufre el mundo y más validamos a las empresas que se aprovechan de nuestras inseguridades y de nuestra necesidad de impresionar constantemente.

La industria textil y de la moda tiene una cadena de suministro larga y compleja, que empieza en la agricultura y la producción petroquímica, hasta la fabricación, la logística y la venta. Cada proceso conlleva su propio conjunto de pesadillas, ya sea el impacto medioambiental o humano, ya que la industria explota a miles de personas en países de bajos ingresos por unos pocos centavos. Los impactos vienen en todas las tonalidades del arcoiris, empeorando a medida que el mundo sólo continúa por su camino orientado al consumo, en lugar de tomar las medidas necesarias para mejorar el futuro de la industria.

Entonces, ¿qué se puede hacer para frenar la contaminación? Puede que sea demasiado tarde para borrar todo el daño causado, pero nunca es demasiado tarde para mejorar. La moda sostenible es la respuesta, pero es un término que se utiliza cada vez más (y de forma exagerada) y que no suele estar respaldado, ya que las empresas prefieren utilizarlo para dar un lavado verde a su marca y (como es lógico) vender más ropa. La verdadera moda sostenible significa comprar menos y comprar de forma más inteligente, aunque hay muchas más cosas que pueden englobarse en este término.

¿Qué significa exactamente la moda sostenible? Cuando se hace realidad, las empresas de moda sostenible recortan las emisiones de CO2, abordan la sobreproducción, reducen la contaminación y los residuos, apoyan la biodiversidad y se aseguran de que sus trabajadores reciban una remuneración justa y tengan unas condiciones laborales seguras. Sin embargo, esto es sólo una pieza del rompecabezas. Aunque las empresas deben cargar con la mayor parte de la responsabilidad, ya que son las que están detrás de los problemas sistémicos en primer lugar, hay cosas que los consumidores también pueden hacer para apoyar la sostenibilidad. Comprar el mismo número de artículos con la etiqueta de ‘sostenible’ no es suficiente, sino que es necesario replantearnos por completo los hábitos de consumo y compra. Aquí unos tips para mejorar nuestra forma de comprar ropa:

1. Comprar menos y comprar mejor.
Cada año se producen en el mundo 100 mil millones de prendas. Antes de hacer una compra, pregúntate a ti mismo: Comprar ropa que nos sirva, en lugar de servir a la ropa, puede marcar una gran diferencia.

2. Invertir en marcas sostenibles.
Comprar mejor también significa apoyar a los diseñadores que utilizan prácticas sostenibles, pero ojo: cuidado con las empresas que utilizan el término para hacer greenwash y vender más cosas. Investigando y haciendo que las empresas se responsabilicen de sus acciones, podemos apoyar a las que hacen el bien por el mundo.

3. Compra de segunda mano y vintage.
La ropa pre-amada y reutilizada es una forma estupenda de estar al día con las tendencias pero sin dejar de cuidar el planeta. Utilizando aplicaciones que atienden a estos sectores, como Depop, o acudiendo a bazares y ventas de garaje, no sólo reciclamos ropa, sino que apoyamos a los negocios locales.

4. Prueba la moda digital.
Por último, pero no por ello menos importante, ¿por qué no utilizar la tecnología en nuestro beneficio? No es ningún secreto que gran parte del atractivo de la moda es la necesidad de mantener las apariencias en línea, ya sea publicando una bonita historia en Instagram o bailando para un TikTok. Con la realidad virtual convirtiéndose en algo cotidiano, aplicaciones como DressX están atendiendo a la reinvención del consumo de moda a través de ropa digital que se puede poner encima de fotos y vídeos. Esto puede ofrecer una gran alternativa para el futuro de la moda, así que ¿por qué no probarlo?

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